Siempre pensé que los niños que viven cerca de los abuelos son más
afortunados. Los pocos momentos que he compartido con mis abuelos, ya
que ellos vivían muy lejos de nuestra casa, han quedado grabados en mi
memoria con mucha ternura y afecto.
No he llegado a conocerlos como me hubiera gustado, pero hay hábitos
como el de ponerme a rezar todas las noches y de gustarme oír cuentos,
que conservo de mi abuela, la única que estuvo más tiempo con nosotros.
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1 comentario:
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